Poesía: La Mujer que amo

 
La mujer que amo
 Es un pedazo de cielo en mis manos
Un rayito caliente de sol en mi alma dormida
Un minuto de paz en medio de la guerra
La lluvia mojando el suelo de un campo cultivado.
 
 Ella es capaz de secar mis lágrimas con su sonrisa,
 y a la vez de provocarme el mayor de los llantos
Sólo con decirme que me ama
en el momento que más lo necesito...
 
La mujer que amo:
 Es el ser que comprende más allá de la mirada,
ella sabe dibujar esperanzas, mañanas fascinantes
con sólo cerrar sus ojos y dejarse llevar
... y llevarme con ella...
 
Ella provoca que mi alma se eleve por los cielos
y encuentre a la suya esperando por mí,
con su hermosa juventud y sus manos abiertas
para recibir las mías...
 
Ella conoce mis temores, mis angustias, mis deseos y miedos
ella sabe cuando siento pena, dolor, angustia o cuando estoy feliz...
ella sabe lo que mi corazón anhela, lo que mi corazón suspira.
 
La mujer que amo me sacó del letargo
Con su presencia me mostró que en la Tierra hay ángeles sin alas
que caminan a nuestro lado, que velan por nosotros de una manera especial...
Ella es ese ser tan especial que puso Dios en mi camino...
 
La mujer que amo...es tan concreta en mi corazón que sin verla la veo,
que sin tocarla la toco, que sin besarla la beso,
que sin poder hacerla el amor la siento dentro de mí...
 
Amor, si tan solo pudiera abrirme el pecho y darte todo mi corazón...
si tan solo pudieras ver que en él, late furioso mi amor por ti...
si tan sólo pudieras regalarme ese soñado amanecer,
y despertar contigo envueltos en ese manto de ternura que brota de nuestras almas... 
sería la persona más feliz del universo...
 
Amor mío... seguiré soñando con ese día...
seguiré pidiéndole a Dios por un momento a tu lado,
 por una caricia de tus manos, por un beso de tus labios...
 
Y si Dios no puede
concederme ese deseo,
seguiré deseándote en el silencio de mi alma,
seguiré dibujando tu rostro en el firmamento
 
 Entonces encontraré la forma en que algún día de esta corta vida
se unan tus ganas y las mías en un abrazo tan dulce,
 tan apretado que lo triste y lo temido habrán desaparecido
 para dar paso a la mayor felicidad de mi vida...

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