La Semana: El "buen" año legislativo del gobierno de la señora Michelle Bachelet

Amigas y amigos: La última semana de Enero de 2015 ha sido una de las mejores para el gobierno de la doctora Michelle Bachelet, porque ha cerrado el año legislativo y por su capacidad que goza de las amplias mayorías que mantiene en el parlamento. Durante estas últimas semanas del primer mes del año en curso, ha logrado sacar adelante un conjunto de iniciativas cuyo despacho se había autoimpuesto; un ejemplo de ello desde el Ministerio de la Mujer hasta la regulación de las parejas de hecho. 
 
Más discutible es que tal despliegue de fuerza política redunde siempre en soluciones eficaces para los problemas del país, ya sea porque muchos permanecen sin ser atacados o porque en algunos casos las fórmulas aprobadas distan de garantizar un buen resultado.
 
El caso del proyecto sobre lucro, selección y copago lo ejemplifica. Tratándose de la iniciativa más importante discutida durante el año, el texto despachado no es expresión de un acuerdo político, como lo exigiría una materia de esta trascendencia y como ha sido el signo de reformas educacionales históricas (por ejemplo, la casi centenaria Ley de Instrucción Primaria). Paradójico es que en este tema el Ejecutivo haya desechado la búsqueda de consensos más allá de sus filas que sí llevó a cabo en el ámbito tributario, de indudable menor entidad.

Si ese hecho pone en duda la proyección futura de una reforma de efecto retardado como esta, sus inconsistencias agravan el problema. De ellas, la más evidente son las disposiciones que amenazan el futuro de los liceos emblemáticos, los mejores exponentes que puede mostrar nuestra educación pública, puestos en riesgo en nombre de las banderas de la calidad y de la recuperación del rol del Estado en la enseñanza: ni la propia conciencia de los parlamentarios oficialistas de estar cometiendo un error pudo doblegar la decisión del Gobierno de hacerlo aprobar antes del 31 de Enero, sin saber las posibles consecuencias que esto puede encontrar con tanto apuro igualitario, tal como le he mencionado en esta tribuna hace varios meses, y por consiguiente los excesos de poder que ya están generando al interior del gobierno de la Nueva Mayoría y de quienes son partidarios de la misma, por lo que seguirán dando bajo en las encuestas con más rechazo que aprobación.

La misma priorización de los cronogramas por sobre el contenido y conveniencia de la legislación puede explicar en parte por qué sectores que van desde la Iglesia Católica hasta reputados técnicos del oficialismo han coincidido en advertir las falencias de esta ley, anticipar su nulo efecto en el mejoramiento de la calidad de la enseñanza y lamentar, como una oportunidad perdida, el desgaste de tiempo y energía dedicados a ella. Tampoco tuvieron gran consecuencia - más allá de algunos ajustes en lo inmobiliario que no han logrado reducir la incertidumbre de los sostenedores - las declaraciones de voluntad por parte de la Democracia Cristiana, que en un principio, un grupo del partido no veían con buenos ojos este proyecto, aunque las dudas están en que las mismas personas que tenían ciertos resquemores sobre este y otros proyectos de ley por qué los han aprobado, solo para complacer a la presidenta Bachelet.
 
Con esto, el resultado de esta aprobación de esta "pseudo" Reforma Educación, y su vigencia de forma escalonada desde la fecha de vigencia como Ley de la República va a tener el esultado de una normativa que amenaza asfixiar el modelo de educación particular subvencionada sin ofrecer una alternativa satisfactoria a cambio. 

Una refundación que - como ha descrito el ex ministro José Joaquín Brunner - se lleva a cabo bajo la equivocada premisa de creer que la igualdad significa "aplanarlo todo", tal cual como la retroexcavadora que anhelaba el diputado y presidente del Partido por la Democracia, Jaime Quintana.
 
Las caras al interior del gobierno están muy alegres y satisfechos de su labor cumplida durante el año 2014, desde que asumieron el 11 de Marzo, aunque hay más proyectos con cronogramas a cumplir como es el caso del proyecto de ley que despenaliza el aborto, cuyas voces en contra están haciendo mucho ruido a la Nueva Mayoría. Estos ruidos que les están metiendo crecerán aún más cuando la Alianza por Chile, encabezado por Renovación Nacional (RN) y Unión Demócrata Independiente (UDI) apelarán de la aprobación de las leyes en el parlamento ante el Tribunal Constitucional, lo mismo harán la Asociación de Padres y Apoderados de los Colegios Particulares Subvencionados y las agrupaciones de Colegios Particulares Subvencionados, y lo más probables recurran a este organismo del Estado la Federación de Establemientos de Educación Básica y Media (FIDE).

Ante esta situación, el Ministro Secretario General del Gobierno Alvaro Elizalde ha tomado paños fríos frete a lo que harán la Alianza por Chile, pero aunque el ministro no le guste, cualquier entidad política o grupos de personas tienen todo el derecho por ley de apelar y presentar requerimientos ante el Tribunal Constitucional, entidad que revisa los procedimientos de los proyectos de ley aprobados en el Congreso Nacional, por lo que el 2015 se viene un tanto complejo, y lo mismo harán la política en general que estarán llenos de todos, desde los que vulneran y evaden el erario fiscal, de payasos que nunca faltan y de casos de corrupción con consecuencias para la clase política, tanto para la Nueva Mayoría como la Alianza, esta última la más golpeada por el caso Penta.

Las posibilidades pueden barajarse y afectar el cronograma del gobierno, y obviamente el prestigio de la clase política, y las caras alegres vistas las semana pasada, esa alegría se les va a caer por el suelo; por mientras febrero será un gran mes para el descanso aprovechando el cese legislativo, mientras tanto, pensarán qué hacer para el año 2015, aunque algunas situaciones sea un tanto dolorosas desde la cabeza hasta los pies. Gracias.


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