Grandes Clásicos del Cine Mexicano: Macario.
Amigas y
amigos: Una de las películas mexicanas consideradas una de las mejores por
los valores que entrega y por el elemento costumbrista que muestra como una de
las tradiciones cada 1 de Noviembre con la conmemoración del Día de Muertos en México
es Macario, filmada en 1960 por Roberto Gavaldón y con la actuación del primer
actor Ignacio López Tarso.
Esta película es una adaptación basada en una
novela de Bruno Traven (que a la vez esta está basada en
un cuento de los Hermanos Grimm). Se ambienta en la época del
virreinato de la Nueva España del siglo XVIII durante la víspera
de un Día de Muertos.
Esta película trata de un humilde campesino y
leñador llamado Macario vive
obsesionado por la pobreza que sufre y el temor a la muerte. Debido a la
precaria situación al borde de inanición que viven él y su familia comienza a
anhelar poder disfrutar de un banquete sin tener que compartirlo con nadie.
En su obstinación decide dejar de comer hasta
encontrar un guajolote
que él pueda comer solo. Su preocupada mujer le ayuda robando un guajolote y
Macario sale a la soledad del bosque para comerlo a escondidas de sus chilpayates (niños). En el bosque se
encuentra consecutivamente con tres enigmáticas personalidades, quienes uno a
uno desean disfrutar de su suculento platillo. Sin embargo, Macario se niega a
compartirlo. El primer personaje que se presenta es el Diablo en forma de un rico hacendado; el diablo
le ofrece primero sus botas con espuelas de plata, pero Macario le dice que no
tiene caballo, entonces le ofrece las monedas de oro de su pantalón, pero
Macario lo rechaza diciendo que le cortarían las manos por ladrón, finalmente
le ofrece el bosque, pero Macario le dice que el bosque no le pertenece a él
sino a Dios y que además, teniendo el bosque no dejaría de ser pobre porque
tendría que seguir cortando leña.
Tampoco lo comparte con el segundo personaje que
se presenta, Dios
en forma de un humilde anciano; Macario argumenta que Él puede poseer cualquier
cosa que desee ya que es dueño de todo y lo que quiere es un gesto, y mientras
Macario con vergüenza reconoce que no tiene deseos de compartir su guajolote ni
siquiera con Dios, éste desaparece, antes de que Macario pueda arrepentirse de
su decisión.
Finalmente se presenta el más extraño personaje,
la Muerte,
en forma de un campesino indígena en imitación a Macario, pero vestido con
sarape negro, sombrero de palma y calzón de manta, que le dice que hacía miles
de años que no comía, y Macario acepta convidarle (no con temor sino por
comprensión), ya que Macario se da cuenta de que ante su ineludible designio
nadie escapa, y además le confiesa que le convidó para que mientras comiera se
retrasara la muerte del propio Macario. Como muestra de agradecimiento, la
Muerte le otorga su amistad y le regala a Macario agua con propiedades curativas,
las cuales serán infalibles con determinada condición. Este regalo le traerá la
fama y fortuna al indio Macario pero también tendrá un alto costo.
Con esta agua mágica podrá curar a cualquier
persona si la bebe, no importa que tan grave esté, con la condición de que
Macario tendría que ver a la Muerte a los pies del enfermo. Pero si lo ve en la
cabecera del paciente, nada ni nadie lo podrá salvar, pues ese ser ya era de la
muerte.
Macario se dirige a su casa, y al poco tiempo se
le presenta la oportunidad de aliviar a una persona (la primera fue uno de sus
hijos), y después otra, y de ahí poco a poco va creciendo el número de
pacientes que tiene, con la única excepción de aquellos donde la muerte aparece
a la cabeza o del paciente; fuera de esto, sus poderes curativos se vuelven muy
requeridos por todos. Incluso deja sin clientes al médico y al enterrador del
lugar. Aunque en un principio él no desea cobrar la gente comienza a ofrecerle
comida y dinero, que después el comparte con los demás pobres, y su fama comienza
a extenderse por toda la región, hasta llegar a los oídos de la Inquisición.
Las autoridades eclesiásticas ordenan su captura para juzgarlo por brujería.
Para averiguar si Macario de verdad tiene poderes
mágicos le ponen una prueba, donde entre varios convictos tendrá que decir
quien vive y quién no. Entre estos condenados ponen al verdugo del reino, un
hombre fuerte y musculoso, y a un condenado a muerte, esperando que Macario se
equivoque. Cuál no será la sorpresa de todos cuando Macario les dice que el
único que morirá es el verdugo. Por supuesto la gente comienza a burlarse de
él, pero entonces llega un mensajero con una carta perdonándole la vida al
condenado a muerte y cuando se acercan al verdugo a pedirle que se levante,
este está muerto, y es que no pudo soportar la impresión de ver a Macario por
su temor a los magos, provocándole un paro cardíaco. Los religiosos entonces lo
condenan por adivinación al tormento y la hoguera.
Ante esto, la esposa del virrey le suplica a
Macario, recluido en espera de su ajusticiamiento, que vea a su hijo enfermo.
Cuando es llevado ante el niño, pide estar a solas con él, y se entera de que
la Muerte ha decidido llevárselo; por más que Macario suplica para que no lo
haga (porque de esto depende su propia vida), la Muerte le dice que no hay
alternativa.
Ante el temor, Macario huye porque sabe que será
condenado a muerte por no salvar al niño. Y mientras todo el mundo lo persigue,
en el bosque vuelve a encontrarse con el diablo y con Dios, ambos le recuerdan
que debió haber compartido el pavo con ellos, el Diablo le recrimina que si lo
hubiera elegido a él, nada le habría pasado, y lo invita de nuevo a ir con él,
pero Macario lo rechaza; Dios en cambio le advierte a Macario que su propia
muerte está cerca y que debe reflexionar sobre sus acciones. Y cuando llega a
la caverna de la muerte (que son las grutas de Cacahuamilpa),
donde encuentra un montón de velas, (cada vela significa la vida de una
persona, y si esta es pequeña significa que está a punto de extinguirse). La
muerte le reclama que él comerció con algo muy sagrado, que es la vida. Y
cuando Macario encuentra su propia vela a punto de apagarse, trata de huir con
ella pero ya es tarde, la Muerte le advierte que hay reglas que ni siquiera
ella puede pasar por alto y que en realidad ella no tiene poder para retrasar
el momento en que cada quien va a fallecer, y le hace ver que es mejor que se
prepare para aceptar su destino en lugar de escapar, pues es inútil: nadie
puede escapar de la Muerte... Nadie.
Finalmente la esposa de Macario encuentra su
cuerpo en el bosque, sin vida, sólo que con el guajolote casi intacto, pues ha
muerto por una rápida indigestión al no estar acostumbrado a comer tan
rápidamente. Deja al espectador la duda de si todo fue un sueño de Macario
antes de morir, o un breve preámbulo maligno de la Muerte para jugar con él.
Macario, película producida por los estudios
Clasa Films S.A. con el siguiente reparto:
- Ignacio López Tarso - Macario
- Pina Pellicer - esposa de Macario
- Enrique Lucero - la Muerte
- Mario Alberto Rodríguez - Don Ramiro
- Enrique García Álvarez - Inquisidor
- Eduardo Fajardo - virrey
- José Gálvez - el Diablo
- Consuelo Frank – Virreina
- José Luis Jiménez - Dios
- Wally Barrón - Panadero
- Sonia Infante - esposa de Don Ramiro
- Manuel Dondé - enviado de la Inquisición
- Miguel Arenas - Inquisidor
- Luis Aceves Castañeda - Verdugo
- José Dupeyrón
- Celia Tejeda
- Manuel Noriega
- Mario García González
- Alicia del Lago
- Pepe y sus marionetas.
Macario,
con la magistral actuación del primer actor Ignacio López Tarso para que
ustedes lo vean y comenten, que lo disfruten.
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