Venezuela en llamas

Amigas y amigos: La crisis en Venezuela ha servido para demostrar - o ratificar, de nuevo - que una parte no despreciable de nuestra izquierda tiene un feble compromiso con ciertos principios básicos de la democracia y la defensa de las libertades; se puede argumentar que es un mecanismo de defensa, pero esto no califica.

La solución de Venezuela no es un golpe, aunque podría hacerlo y como única salida alternativa, como lo que pasó el domingo con un alzamiento militar en Valencia, y que por ende, un golpe de estado sería una antítesis de la democracia, pero tampoco sería solución la permanencia de un gobierno que ha perdido el respaldo de los ciudadanos, pese a que tuvo en un principio un gran respaldo. Una solución sería una salida democrática del régimen, pero si Nicolás Maduro sigue aferrándose al poder, sería un obstáculo de dicha salida, y los problemas empeorarían cada día más. 

Si hay algo que destacar del gobierno de Hugo Chávez Frías en su proceso, es someterse al escrutinio popular periódicamente en procesos populares y referéndum con una legitimidad total, pero se percata que ese proceso pierde legitimidad porque perdía la mayoría. En ese momento, el proceso chavista dejó de ser valido en el sufragio.

El proceso chavista ha sido víctima de muchas zancadillas, ataques y más que eso. Por ejemplo el golpe de estado de abril del año 2002, en donde estuvo en el poder por 48 horas, el economista y empresario Pedro Carmona, que para mí fue un simple títere que estuviera por esas horas, y que por ende, el gobierno de Ricardo Lagos Escobar reconoce dicho gobierno provisorio. Pero esos ataques antidemocráticos no justifican caer en una deriva antidemocrática.

Estos procesos hoy se han visto bastante decepcionantes, porque muchos sectores de izquierda "valoran" los mecanismos democráticos como la libertad de expresión solo cuando les conviene y mientras puede usarse en beneficio propio. Un ejemplo de ellos, es que el gobierno de Maduro a postergado elecciones de gobernadores porque sabe que su coalición gobernante va a perder; y como fue derrotado en las elecciones parlamentarias, ha hecho cosas bastante aberrantes como ignorar esos resultados quitándoles poderes a la Asamblea Nacional, e incluso desconociéndola, simplemente dejándola fuera del poder, convirtiéndose en abuso, solo para eternisarse en el poder.

La solución política que podría constituir como salida en Venezuela pasa por elecciones libres y democráticas, pero en las que el chavismo acepte dejar el poder si es que pierde esas elecciones, cosa que lo dudo, y que por ende, no está en el horizonte de ciertos sectores de izquierda, porque cuando están en el poder, se niegan a dejarlo, e incluso, cuando la ciudadanía no lo respalda. Y para cumplir con ese afán, convertir el proceso en una dictadura está a solo un paso.

El proceso de Asamblea Constituyente, hecho el domingo pasado, con muchos cuestionamientos, fue elegida, fue un proceso de no participación de la oposición por falta de garantías, además, esa Asamblea Constituyente tiene una trampa, porque un alto porcentaje de sus miembros han sido elegidos en representación de ciertos sectores, como por ejemplo, campesinos, estudiantes, pensionados, discapacitados.

El problemas es quienes eligen en esos sectores a esos representantes, son organizaciones controladas por el gobierno de Maduro, es como si en Chile en una época más lejana, se hubiesen elegidos a las mujeres representantes por parte de CEMA Chile, tampoco es antojadizo hacer un símil de ciertos constituyentes con los senadores designados tomando decisiones.

Volviendo a cierta deriva autoritaria en cierta izquierda, es también cuestionable, que por ejemplo, la movilización callejera solo sea válida cuando solamente es de ellos, cuando es de otros, lo que está ocurriendo hoy en Venezuela, se la califica como sedición; así la calle, que ha sido tan mentada y ensalsada por la izquierda, solo es aceptada si marcha en contra de un gobierno que no sea de izquierda. Como hay grupo que actúan como delincuentes y grupos mafiosos, como el caso de los dirigentes estudiantiles y de la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH), quienes defienden a los encapuchados, grupos de delincuentes que saben destruir y robar lo que encuentren en su camino, y además son sus gran aliados delictuales dentro de los movimientos estudiantiles, respaldan al gobierno de Nicolás Maduro y descalificando las movilizaciones en Venezuela, realizadas por estudiantes venezolanos, aquí se puede marchar, allá no, el gobierno es de los nuestros parece ser la consigna.

Este problema abarca los Derechos Humanos, donde en Chile, muchos ciudadanos de izquierda fueron víctimas, pero sin embargo no tienen empatía alguna en aceptar las violaciones a los Derechos Humanos por parte de uno de los suyos, ni menos de un gobierno de su ideología. Tampoco nada dice si es de izquierda, sobre la aberración que está siendo objeto en Venezuela, disidentes opositores civiles están siendo juzgados por tribunales militares, incluso bajo cargos tan graves como traición a la patria. Los mismos con tintes políticos en Chile, bajo la dictadura militar en Chile y que varios de ellos fueron procesados por la justicia militar, lo aprueban o por lo menos se callan con lo que está sucediendo en Venezuela.

Desde la izquierda se alega injerencia desde el exterior se advierte la medida autoritaria del régimen de Maduro, pero esta misma izquierda que alababa las denuncias desde el extranjero de las violaciones a los Derechos Humanos en Chile, durante el régimen militar. Hay muchas cosas e intereses que están en juego, hay intereses ocultos y fuerzas subterráneas, es innegables, pero aunque sea eso, no sirve para justificar el desprecio y la transgresión de los derechos de las personas y sus libertades.

A la izquierda le han sobrado y le sobrarán enemigos, y y ataques fuera del juego democrático, pero eso no debiera empujar a la izquierda a responder de igual forma, como por ejemplo; cuando cierta izquierda califica de facista a toda persona que piensa distinto, se parece inquietamente a la derecha que tilda de comunista a cualquiera que piensa distinto. Gracias.


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