Especiales de la Infancia: Violencia intrafamiliar

Amigas y amigos: El día jueves tuvimos que ver una situación aberrante y violenta de parte de un funcionario paramédico del área de salud de la Corporación Municipal de Viña del Mar hacia su pareja embarazada, enfermera de la misma área de salud de la misma corporación. Este paramédico en medio de una discusión, agrede a su pareja con una patada en su estomágo y otros golpes. Esta situación quedó grabada en por cámaras de seguridad del SAMU de Viña del Mar, por lo que fue alertados por los guardias de seguridad del recinto, quienes lo sacaron para ser entregado a Carabineros.

Este tipo de situaciones suceden a diario, lo peor de todo, están en los niños, quienes también son víctimas del problema. En Chile, 7 de cada 10 niños manifiestan recibir algún tipo de maltrato de parte de su padre y/o madre, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. El espectro es amplio, pero todo maltrato tiene impactos negativos a corto o largo plazo en la salud física y mental de los niños violentados, así como también en su autoestima, en su educación y en el desarrollo de su capacidad cognitiva.

Además, las probabilidades de que un niño agredido luego sufra, acepte y reproduzca la violencia en su adultez, aumenta considerablemente, y es por esto que se habla de que es un círculo vicioso completamente dañino para los niños y para toda la sociedad.

En la actualidad, cerca de 8 mil niños chilenos son separados de sus familias e ingresados a instituciones de protección, por situaciones de violencia psicológica y negligencia parental. Y aunque es una medida de urgencia necesaria por el bien superior de los menores, debemos entender que cualquier niño al que se le niegue la vida en familia, se le está vulnerando uno de sus derechos fundamentales.


Respecto a las formas más comunes de violencia familiar a las que están expuestos nuestros niños, podemos hablar de violencia intrafamiliar cuando es una acción cometida por un integrante de la familia hacia otro, que se mantiene periódicamente en el tiempo. Existen 3 categorías claves de violencia, que integran muchos factores:

1. Violencia psicológica: es la forma de violencia más invisibilizada en la sociedad, ya que no deja huellas visibles. Es la más común dentro de las familias y se refiere a cualquier acto de maltrato psicológico, como el menosprecio, el abuso de poder, el incapacitar al niño tildándolo de tonto, incapaz, entre otros.

2. Violencia física: es la forma más evidente ya que generalmente deja secuelas corporales y se refiere a todo abuso físico, como los golpes. Este puede ser leve, moderado o grave, y dependiendo de la gravedad o de la reincidencia de este tipo de maltratos, es que el Tribunal de Familia decide enviar a las familias a terapia para intentar evitar la última instancia, que es el traslado de los menores al sistema de protección o a casas de acogida.

3. Negligencia parental: esto tampoco es tan visible para la sociedad, y se refiere a la omisión de todo cuidado que los padres o cuidadores entregan a los menores, física y afectiva. Por ejemplo, no atender a su higiene, a su nutrición, a su derecho de descanso y horas de sueño, a su derecho de educarse, de recrearse y sociabilizar, entre otros.



En la mayoría de los casos, las personas agresoras fueron también agredidos en algún minuto de sus vidas. Son personas que sufrieron de violencia y que luego van repitiendo los patrones, por eso es importante visibilizar el tema, tratarlo a tiempo y así impedir que se transforme en un círculo vicioso.


En caso de ser testigo de un maltrato infantil, la idea es que toda persona pueda hacer una denuncia a Carabineros, Policía de Investigaciones, a la Fiscalía o a algún Tribunal de Familia, e incluso pedir que se reserve su identidad. La idea es dar cuenta que esta problemática es a nivel social y que hay que impedir que el maltrato y la violencia se siga naturalizando.

Aprender a lidiar en momentos más difíciles es un desafío que debemos asumir. Actualmente está muy en boga la crianza respetuosa y el reforzamiento positivo que se aleja de cierta forma de la antigua mirada centrada en los adultos de cómo queremos que sea un niño. Hoy lo que se busca reforzar es la educación personalizada que responda a las características y necesidades de cada uno de los niños. ¿Pero cómo podemos promover una crianza y una formación respetuosa?, dejamos lo siguiente.

- Hablarles mirándolos a los ojos con tranquilidad tal cual lo hacemos cuando se nos presenta una situación estresante o crítica de conflicto con otra persona.

- Entender que no por estar en desacuerdo, puedes generarle daño a otra persona, ni tirarle el pelo, ni darle un coscorrón o un correazo. Por esto hay que tratar a los niños como personas con derecho al igual que todos.

- Hay que ser conscientes de que los niños son personas que están en pleno desarrollo y que aprenden principalmente con los ejemplos cercanos y que son esas enseñanzas las que luego incorporan como base de su formación, por lo que es bien difícil que los niños luego puedan tener herramientas para evitar el círculo de violencia.

- Los castigos y golpes como respuesta inmediata a una acción negativa por parte de los niños, no los ayuda a entender la gravedad de lo que hicieron o la razón por la que su comportamiento fue malo. Es necesario explicarles el por qué no está bien, las consecuencias que traen sus actos y cómo afectan a los demás, para que así el niño logre empatizar y comprender la raíz del problema para ser más consciente a futuro.

- Los castigos o correcciones deben estar ligados a la falta específica del niño para que así el menor comprenda. Por ejemplo, si le pega al hermano, no sacamos nada con prohibirle la televisión, porque el menor no logra asociar la falta. En este caso habría que indicarle que le pida perdón, que le preste sus juguetes o que haga alguna acción que beneficie a su hermano.

- Hay que enseñarles a identificar sus emociones. Por ejemplo, si sienten rabia, hay que ayudarlos a entender la razón y hacerles ver que pegándole a otra persona, rompiendo algo o haciendo pataleta, no van a aliviar su rabia y que ésta sí se puede detener, exponiéndola verbalmente, porque así el otro puede ayudarlo o entenderlo

Con esto, evitará que hayan este tipo de problemas que afectan a los niños, quienes son los que sufren de este complejo problema. Gracias.

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