Especiales Rodrigo Duterte: La Guerra sangrienta en contra el Narcotráfico


Amigas y amigos: Siguiendo con los Especiales Rodrigo Duterte, el Presidente de Filipinas,  una gran opción para Chile en el futuro, y lo comenzamos con una de sus frases "Si asumo la Presidencia, puedo garantizar que no va a haber una limpieza sin derramamiento de sangre", y lo dijo antes de ganar holgadamente las elecciones del 9 de mayo de 2016 en Filipinas. "Quien mate a un traficante será condecorado", expresó, al tiempo que incluso aconsejaba abrir negocios funerarios si alcanzaba el poder. En septiembre de ese año, a solo tres meses de asumir la presidencia, la guerra contra las drogas de "el Castigador", como Duterte es conocido en su país, ya sumaba 3.500 muertos, y la tendencia al terminar el 2020 seguirá aumentando cada día más.

Esa misma guerra es la que ahora, tres años después de que Duterte llegara a la presidencia, ha decidido investigar el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas. Ello, tras una resolución presentada por Islandia que fue aprobada el jueves con los votos a favor de 18 países, el rechazo de otros 14, y 15 abstenciones (incluido Chile) en la reunión celebrada en Ginebra.

Manila reaccionó de inmediato a la resolución en la que se pide a la alta comisionada de la Organización de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, presentar un informe sobre la evolución de la situación para junio de 2020. 

"No toleraremos ninguna forma de falta de respeto o actos de mala fe", amenazó el ministro filipino de Asuntos Exteriores, Teodoro Locsin, que acusó a los 18 países que votaron a favor de ser los "peores enemigos" o "falsos amigos" de Filipinas.

Para Laila Matar, subdirectora de Human Rights Watch (HRW) en Ginebra, "la resolución del Consejo de Derechos Humanos es una medida modesta pero vital". "Señala el inicio de la rendición de cuentas para miles de muertos relacionados con la guerra contra la droga y otros abusos y dará esperanza a innumerables sobrevivientes y las familias de las víctimas", aseguró.

Pero el propio Human Rights Watch, en su informe 2019, reconoce que el número exacto de muertes en la guerra contra las drogas de Duterte es difícil de determinar, porque el gobierno "no ha revelado documentos oficiales".

Según la Agencia para el Control de Drogas de Filipinas, 4.948 presuntos usuarios y comerciantes de drogas murieron durante las operaciones policiales desde el 1 de julio de 2016, el inicio de la administración Duterte, hasta el 30 de septiembre de 2018. Pero este recuento no incluye a los miles de otros asesinados por hombres armados no identificados. De hecho, la Policía Nacional de Filipinas reconoce que 22.983 de esas muertes se clasifican como "homicidios bajo investigación". Frente a esta situación, Humsn Rights Watch destaca que el gobierno de Duterte "ha emitido estadísticas contradictorias y, en el caso de estos 'homicidios bajo investigación', dejó de divulgar las cifras por completo".

Sin embargo, en un informe presentado el pasado 18 de junio, la Policía Nacional informó que un total de 6.600 sospechosos de drogas murieron en operaciones antidrogas desde el 1 de julio de 2016 hasta el 31 de mayo de 2019.

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