Especiales Educación: La Decadencia de la Educación en Chile


Amigas y amigos: Los líderes de las castas duopólicas, y la clase política fueron los verdaderos responsables del desastre de la educación chilena, se aprovechan de los pésimos resultados de la prueba inicial para culpar a los profesores de todos los males de la verdadera debacle pedagógica – es la verdadera táctica, usada los irresponsable políticos, del chivo expiatorio -. Desde que la dictadura, encabezada por el general Augusto Pinochet, ordena el cierre de las Escuelas Normales, la educación básica, que es donde se cimienta la formación de los ciudadanos, va de tumbo en tumbo. En la época del gobierno de Eduardo Frei Montalva con su Reforma Educacional de 1965, bajo la gestión de Juan Gómez Millas como Ministro de Educación, se formaron los profesores "Marmicoc" que, con pocos días de formación pedagógica, salían a ejercer como docentes "calificados". No hace mucho tiempo, algunas universidades se disputaban alumnos para realizar cursos de profesores de enseñanza básica – en algunos casos, los días sábados y en otros, por el sistema de educación a distancia – sin mayores exigencias fuera de la educación media completa, e incluso algunas lo siguen haciendo hasta el día de hoy.

Las universidades estatales, sobre todo las de provincias, que recibían muy poco aporte basal por parte del Estado, tenían que competir con las privadas y complementar su presupuesto con el aporte de este tipo de programas de formación de profesores que, a la larga, son muy económicos para las universidades, pues no demandan laboratorios u otras instancias de infraestructura, y basta con arrendar una sala con pizarrón, disponer de los alumnos y contratar a un profesor. Los estudiantes egresados con este sistema, de todas maneras mejoraban su status y, además, prestaban un servicio en zonas apartadas del país. Esta situación se ubicaba en el marco de una competencia canibalesca, propia de un capitalismo salvaje.

Cuando entré a estudiar esta carrera era muy mal mirada y se sabía que el destino te llevaría a ser un profesor taxi, o bien, trabajar en las escuelas nocturnas, eso sí con una diferencia del resto de las compañeras y compañeros de carrera, yo provenía del mundo de la educación gracias a mi madre profesora normalista, y yo le digo, aprendí más con mi mamá normalista que las carreras de pedagogía a la cual estudié y ostento tres títulos de especialidad dentro de la pedagogía y más una licenciatura en Educación, que no todos la tienen y tampoco tienen el privilegio de ostentar más de un título de pedagogía. Además, si tenía la suerte de contar con dinero, podría dedicarse a la investigación o a la docencia universitaria. Entre los profesores, había tres clases sociales: los de básica, que correspondían al proletariado; los secundarios, que pertenecían a la clase media; los aristócratas, que devenían en catedráticos de importantes universidades. Hoy, a pesar de los proyectos de carrera funcionaria, conocida como Carrera Docente, que es un fiasco de proyecto que no incentiva nada de nada, la profesión de profesor sigue siendo la más mal pagada, como también despreciada, incluso por alumnos y apoderados, y al profesor, esta situación desmotiva cada día más, y muchos de ellos, sobretodo los recién egresados, no duran menos de tres años, y tiran la esponja y se van a otros horizontes laborales  mejores pagados que su propia profesión.

Un profesor que se inicie su vida profesional en estas lides puede ganar entre $400.000 y $600.000, e incluso menos de esa cantidad señalada, mientras que un ingeniero, un médico, un arquitecto o de cualquiera otra profesión, comienza con un mínimo de $700.000, y al quinto año su salario sube a cerca de $2.000.000. Esta realidad demuestra la baja valoración que la sociedad chilena da a los profesores, y no solo la sociedad chilena, sino la clase política y el mismo Estado chileno, que ven a la profesión docente como un desprecio.

La formación de los profesores de todos los niveles, a cargo de las universidades, se ha demostrado muy deficiente si consideramos los parámetros mínimos para el ejercicio cabal de la docencia. En general, no se desarrollan las competencias docentes tanto didácticas, como del dominio de los saberes, requeridos en las distintas especialidades, ni mucho menos se le capacita en indagación, arma fundamental para el trabajo pedagógico cotidiano, que lleva a una enseñanza aprendizaje nemotécnico, sin capacidad para que el alumno desarrolle capacidades superiores como relacionar, asociar, analizar, sintetizar y otros, lo cual lleva a un resultado de una escuela los refractaria a la innovación.

No se trata solamente de postular una carrera docente que tengan los siguientes elementos mínimos:
1)  Exija altos niveles de formación por parte de las universidades pedagógicas.
2)  Nivelar los sueldos a la altura de otras profesiones, (médicos, ingenieros…).
3) Una exigente prueba antes de iniciar la labor docente; una evaluación permanente de los profesores.
4)  Jubilaciones acordes con la dignidad del profesor. Se necesario dignificar la profesión docente.

Sin una mística, similar a la del Estado docente, en el siglo XIX y XX de nuestra historia educativa, es impensable una verdadera revolución educacional, que sirva de acicate a un desarrollo nacional, basado en la igualdad. Tendrán que reaparecer educadores como Valentín Letelier, Darío Salas, Alejandro Venegas, Pedro Aguirre Cerda, Enrique Molina, entre otros. Mientras la educación no sea considerada como el centro de desarrollo de cada persona y del país en general, no avanzaremos, por más buena voluntad y ambiciosos proyectos educativos. Sin profesores con verdadera vocación pedagógica será imposible cualquier cambio que se quiera lograr, y si el Estado y los gobiernos de turnos no son capaces de dignificar la Carrera y Profesión Docente, esto va ir en peor de lo que está, muchas personas no estudiarán la carrera docente y muchas carreras cerrarán sus puertas y esto va a entrar en crisis, porque habrá un déficit de profesores y tendrán que buscar, como lo fue antiguamente, personas con 4º Medio rendido, y sin las habilidades mínimas para entrar a ejercer docencia, hacer decaer más el nivel y la calidad de la educación. Gracias.

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