Especiales de la Mujer: Isidora Goyenechea


Amigas y amigos: Una de las mujeres más importantes en el mundo de los negocios, sobretodo en la industria del carbón fue Isidora Goyenechea, dueña de una gran fortuna — la mayor del mundo en su época, según importantes periódicos como el estadounidense The New York Times o el francés Le Figaro —, que incluía las minas de carbón de Lota, ciudad desde donde dirigía sus negocios.

Hija de Ramón Ignacio Goyenechea de la Sierra y de María de la Luz Gallo Zavala, tuvo un solo hermano, Eleuterio. Después de enviudar, su madre contrajo matrimonio en 1841 con Matías Cousiño, socio del difunto esposo, quien compró el yacimiento carbonífero de Lota y se instaló en esa ciudad junto con su nueva familia.

Su infancia se desarrolló junto a su hermano Eleuterio y a Luis Cousiño, hijo del primer matrimonio de su padrastro. Ambos se enamoraron y contrajeron matrimonio en 1855; tuvieron siete hijos: Alfredo (fallecido a corta edad), Luis Alberto, Carlos Roberto, Luis Arturo, Adriana, Loreto y María Luz.

Después de la muerte de Matías Cousiño en 1863, la industria del carbón de Lota pasó a manos de su hijo Luis. Desde joven, Isidora se integró a los negocios de su marido. En este periodo, Isidora inició la construcción del Palacio Cousiño de Lota y de su jardín, el actual Parque Isidora Cousiño.

En 1873, tras la muerte de su esposo, Isidora se encargó del imperio económico dejado por este y, particularmente, de la dirección de la Compañía Explotadora de Lota y Coronel. Durante la Guerra del Pacífico, vigiló que la producción de carbón de sus yacimientos no disminuyera, asegurando la cantidad necesaria de combustible para los navíos chilenos en combate. Además, puso a disposición del Estado chileno el vapor Matías Cousiño, el más importante de su flota. El escritor William Eleroy Curtis (1850 - 1911) cuenta que la escuadra de Isidora estaba compuesta por 8 vapores de fierro construidos en Inglaterra, que usaba para llevar el carbón hasta Panamá y también, por el estrecho de Magallanes, a Buenos Aires y Montevideo.

Isidora, tenaz, consiguió ampliar los negocios e introducir nuevas tecnologías en la agricultura y la minería, que traía de sus viajes a París, donde pasaba largas temporadas (el cronista chileno Eduardo Balmaceda dicen en su libro De mi tierra y de Francia, 1932, que la multimillonaria empresaria habitaba en la capital francesa "un llamativo hôtel particulier en la esquina de la Rue de Lota y de Longchamps, en el distrito XVI"). Fue la iniciadora de los primeros intentos de aclimatar el salmón en Chile, creando criaderos en el río Chivilingo.

Su fortuna era legendaria. El citado Curtis sostenía que "el Creso de América del Sur es una mujer, Donna Isadora Cousino (sic), de Santiago, Chile, y hay pocos hombres o mujeres en el mundo más ricas que ella. No hay fin a su dinero y no hay límite a su extravagancia", al tiempo que reconocía que "sus habilidades como gerente son extraordinarias, dirige cada detalle y recibe informes semanales de sus diez o doce superintendentes que son los encargados de llevar los negocios". El periódico español La Época escribía en su edición del 22 de diciembre de 1885: "La mujer más rica del mundo, según noticias que publican los periódicos de Nueva York, lo es la Sra. Isidora Cousiño, residente en Chile: su fortuna es inmensa […] dueña de millones de hectáreas de terrenos, millones de pesos en metálico, centenares de miles de cabezas de ganado, minas de carbón, cobre y plata, palacios, señora de toda una población (la de Lota, donde radican sus propiedades mineras y donde prefiere residir para atender a sus negocios), una escuadra de vapores, un ferrocarril, fundiciones, entre otros. Posee además esta dama varias mansiones regias; entre ellas, una en Macul, al pie de la cual tiene viñedos, qué surten de vino a buena parte de Chile. Diez o doce mayordomos administran sus negocios, y les exige cuenta estrecha de todos los gastos o ingresos. Aunque fastuosa en su modo de vivir, es inexorable en cuestión de negocios".

Además de visión comercial, Isidora tenía sensibilidad social. En Lota se preocupó de que se construyeran viviendas para los obreros dotadas de hornos de ladrillo y artesas de lavado, de que se pavimentaran las calles de los barrios populares; fundó el Hogar del Pequeño Cottolengo, para acoger a los niños huérfanos, y la casa de la Gota de Leche, encargada de dar diariamente un litro de leche a cada menor desposeído; construyó el hospital de la empresa y levantó la Iglesia de Lota Alto.

Para modernizar la empresa, hizo instalar la primera planta hidroeléctrica de Sudamérica, que fue encargada a la firma de Thomas Alva Edison: la central de Chivilingo, inaugurada en el verano de 1897. Luego emprendió un viaje a Europa y falleció ese mismo año siguiente en París; sus restos fueron repatriados. Parte de su fortuna fue legada para la construcción de iglesias en Lota, la Oficina Buen Retiro y para hospitales.

Aparte de las valiosas minas de carbón de Lota, fue dueña del Palacio Cousiño y del parque del mismo nombre, hoy Parque O'Higgins; de tierras de lo que ahora es el barrio El Golf, de donde una calle lleva su nombre, de las haciendas Cousiño Macul de Santiago y El Marco de Melipilla, así como de propiedades urbanas en Valparaíso.

Muere en París en 1898 y su repartición de los bienes la hizo en 1900 por el entonces abogado Germán Riesco, que se convertiría tiempo después en presidente de Chile al año siguiente, entre sus herederos destacan:

- (Luis) Alberto (Santiago, 1856 - París, 1917) se hizo cargo de las minas de plata de Chañarcillo.
- Carlos Cousiño (1859 - 1932) heredó las industrias mineras del carbón, posteriormente fundó la primera industria de vidrios del país y dotó de agua potable a Lota.
-. (Luis) Arturo (1860 - 1902) heredó el palacio de Santiago, sus caballerizas y la extensa hacienda de Macul, que incluía la viña; creó con un socio la cervecería Gubler y Cousiño, que tuvo un tiempo el monopolio cervecero de la zona central y de Bolivia y que después de una fusión daría origen a la Compañía de Cervecerías Unidas.
- Adriana (1864 - 1948), adolecía de una enfermedad mental, por lo fue privada de la administración de su fortuna, cuyo curador fue su hermano Carlos, que la multiplicó; nunca se casó, y era famosa por sus extremadamente generosos aportes a la iglesia e instituciones de caridad.​ Vivió soltera y en compañía de empleados y sus familias en la desaparecida Casona Cousiño de Avenida José Pedro Alessandri número 14. Hoy en su nombre existe la Fundación "Adriana Cousiño".
- Loreto (1868 - 1949) obtuvo propiedades y acciones de la compañía de Lota; más tarde, junto a su marido Ricardo Lyon, erigiría el barrio El Golf.
- María Luz, la menor de las hijas, que había entrado al convento parisino de las asuncionistas, murió repentinamente en 1903 en Roma y su fortuna de alrededor de 40 millones de francos acaparó las portadas de los diarios europeos por el pleito provocado por la herencia.

Su nombre lo lleva una avenida del barrio El Golf en la comuna de Las Condes, famosa por sus restaurantes y sus bancas pintadas por artistas.

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