Especiales Buitres: El gran problema del Obispo Juan Barros.


Amigas y amigos: Comenzamos un nuevo segmento en el blog que hemos titulado Especiales Buitres; quizás el nombre le será muy fuerte, pero es necesario comentar aquellos hechos que impactan en demasía a la opinión pública. En esta ocasión el comentario será de una persona que está involucrado en uno de los hechos más impactantes y repudiables que afecta a la Iglesia Católica en Chile, y además, uno de tantos hechos que afectan hasta el día de hoy, y que dejan divisiones, dolor y odio, me refiero al caso de los abusos sexuales hecho por el párroco de la Iglesia del Bosque, Fernando Karadima, no solo por sus abusos cometidos y de lo que todos sabemos, sino por el grupo que lo protegió y encubrió, solo por su cercanía y amistad que tenía, entre ellos el actual Obispo de Osorno, Juan Barros Madrid, que hoy y desde que asumió el obispado el 2015, causa una división brutal entre los feligreses que piden su salida del obispado, solo por el hecho de tener cercanía y amistad con Karadima.

En su declaración hecha en los tribunales de justicia ante la demanda civil interpuesta por sus víctimas en contra del Arzopispado de Santiago, al momento en que fue consultado por su vínculo con el actual Obispo de Osorno, Juan Barros, respondió: "Él (Barros) era de la acción católica e iba a verme a la Parroquia y yo fui a verlo a Iquique. Una amistad muy sincera, él me consiguió un viaje a Francia, con el Obispo de Louvre para mis 50 años de sacerdocio".

Cabe consignar que fue en 2004 cuando Barros dedicó a Karadima su labor episcopal en Iquique y fue en 2008 cuando el religioso viajó a Francia.

La versión de Karadima ante los tribunales no coincide con las declaraciones del obispo Barros, quien dijo que "hace años" que se había alejado del sacerdote por su "mal humor".

"Por supuesto que fui cercano, pero ya me fui distanciando no porque supiera estas cuestiones de las denuncias, sino que porque él se empezó a poner muy mal genio. Jamás supe de esas cosas tan trágicas. Me duele enormemente el dolor de las víctimas, rezo por ellos que llevan este dolor hasta hoy”, sostuvo cuando asumió como obispo de Osorno, que no convence ni siquiera a los osorninos que piden su renuncia, e incluso un grupo de ellos mandaron una carta a Su Santidad el Papa Francisco pidiendo su salida al cargo.

Lo más grave está en que el Papa Francisco defiende al obispo Barros diciendo que los que los habitantes de Osorno sufrían por tontos y que se dejaban manipular por "zurdos". El detalle está en que el mismo Papa Francisco en sus dichos de otras índoles también se comporta como "zurdo".

En la oportunidad el Arzobispo Bergoglio aseguró ser "el primero en juzgar y castigar a alguien que tiene acusaciones de ese tipo. Pero en este caso no hay ninguna prueba, de corazón se los digo"; entonces tanto conoce al Obispo Barros para encubrir y justificar, y que deje diviendo a los habitantes de Osorno frente a una situación de este tipo.

Ya varios feligreses han pedido que deje el obispado antes que llegue el Papa Francisco a Chile, y al parecer no lo va a hacer, aunque el grupo de personas hayan mandado una carta al santo padre solicitando su salida, seguirán los problemas en Osorno, y todo por sus cercanías de amistad con el sacerdote Fernando Karadima, por el hecho de conocer los actos impíos cometidos con menores de edad, hoy personas adultas, aunque la Iglesia Católica chilena por intermedio del entonces Arzobispo de Santiago, Monseñor Francisco Javier Errázuriz Ossa, estando en conocimiento de las denuncias, haya hecho vista gorda y encubierto este tipo de actos.

La gran recomendación sana y pacífica es que se vaya y deje el obispado de Osorno, y desde la Santa Sede verán que harán con él, así queda tranquila a la comunidad osornina en la espera que designen a un nuevo obispo y así evitar conflictos y divisiones que hoy sigue y que el mismo Obispo Barros sabe muy bien. Otra cosa es hacerse el tonto. Gracias.
  

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