Especiales buitres: La venganza de los musulmanes


Amigas y amigos: A raíz del asesinato del general iraní Qasem Soleimani, quien desde el gobierno de Irán y sus líderes, tanto religiosos como islámicos prometieron venganza, este artículo explicará sobre cómo el Islam es a menudo acusado de tener una legislación que fomenta la venganza en lugar de perdón. Pero el Corán mismo refuta esto, diciendo:

"…Y si le es perdonada al culpable una parte [de su culpa] por su hermano, esta [remisión] deberá cumplirse en forma honorable y la restitución a su prójimo se hará de buenas maneras. Esto es un alivio de vuestro Sustentador y una misericordia. Y a aquel que, a pesar de ello, exceda intencionalmente los límites de los correcto, le aguarda un castigo doloroso" (Noble Corán 2:178).

"…Resarcirse de un mal puede convertirse, a su vez, en un mal: así pues, quien perdone [a su enemigo] y haga las paces, su recompensa es asunto de Dios –pues, ciertamente, Él no ama a los malhechores.” (Noble Corán 42:40).

La justicia es el espíritu dominante de la ley islámica. Sin embargo, la definición cambiante de términos tales como civilizada, libertad e igualdad ha dado lugar a la crítica de las leyes islámicas y el argumento de que en vista del mundo cambiante, la Shariah no está actualizada. Para un musulmán creer esto equivale a la negación de la sabiduría de Dios que nos puso en esta tierra con un propósito en la vida y un papel responsable de cumplir.

El castigo siempre ha sido una parte integral en el concepto de justicia. El Islam considera el crimen un acto de injusticia para con la sociedad, así como un pecado. El castigo no llega a ser expiación por el pecado, excepto que el pecado sólo puede ser perdonado por medio del arrepentimiento sincero. Un crimen, sin embargo, es la provocación de un daño a los demás lo que no puede ser perdonado por el arrepentimiento solamente.

El objeto de todos los sistemas penales es castigar al delincuente y proteger a la sociedad de la reaparición de la delincuencia. Sin embargo, si las sociedades confian solamente en el castigo, fallan miserablemente. Un ambiente de sana moralidad y la fe deben ser la norma, donde la conducta correcta se fomentará y la maldad encuentra oposición y se hace lo más difícil posible.

En el Islam, las sanciones son sólo una parte de un todo integrado mayor. Ellas no pueden entenderse adecuadamente o ser implementadas de manera justificable en forma aislada. Dios ha ordenado un conjunto de derechos y obligaciones mutuas. También ha puesto ciertos límites y los límites de ser observado por todo el mundo para el mantenimiento de la justicia. Si los hombres y las naciones quieren tener la paz y la seguridad en las carreteras de la vida, deben permanecer dentro de los carriles de tráfico marcados para ellos y observar las señales erigidas a lo largo de sus rutas. De lo contrario, ponen en peligro a sí mismos y a los demás y, por tanto se someten a sanciones – no por represalias, pero con el fin de regular y mantener interacciones ordenadas entre todas las personas en la sociedad.

En muchas sociedades no musulmanas de hoy, hay debates sobre la pena de muerte. En el Islam el asunto ha sido decidido por el Creador, quien dijo:

"porque en (la ley de) la justa retribución tenéis vida, ¡Oh vosotros dotados de perspicacia!, para que así os mantengáis conscientes de Dios." (Noble Corán 2: 179).

El verso alude al hecho de que este tipo de castigos sirven como un fuerte disuasivo para el crimen. Ellos son de naturaleza funcional, para regular y prevenir la recurrencia.

Básicamente, hay tres categorías de castigo en la Sharia islámica: En primer lugar los castigos hadd, fijados por unos delitos específicos que fueron ordenados por Dios. En segundo lugar está el qisas, por homicidio y asalto, en el que la víctima o la familia del fallecido tiene derecho a retribución legal o bien aceptar una remuneración monetaria o incluso perdonar al agresor, los cuales sirven para evitar la pena capital. El Corán recomienda encarecidamente el perdón. Una parte lesionada puede tomar en cuenta las circunstancias particulares o pasar por alto la ofensa con la expectativa de ser compensado por Dios en la otra vida. Y tercero es ta’zir, que es una pena discrecional decidida por el tribunal. Hay condiciones estrictas, que deben cumplirse para que cualquiera de ellos sea aplicable, y estrictos procedimientos se deben seguir antes de que cualquier persona pueda ser condenada y castigada.

Otra función importante de estas sanciones es educativa. Tienen la finalidad de inculcar en la sociedad un profundo sentimiento de repulsión por la transgresión contra otros seres humanos y contra Dios. Una vez que se comprenden los conceptos base, objetivos y el marco de la Sharia islámica, uno no puede sino concluir que es capaz de crear la sociedad más humana y más justa. Las dificultades surgen cuando los críticos tratan de medir el océano del conocimiento divino, la sabiduría y la justicia con sus propios e imperfectos criterios y comprensión.

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