Historias para no dormir: La Leyenda de la Añañuca

Amigas y amigos: En esta semana del amor, uno cuenta diferentes historias de amor, las más fantásticas, las más increíbles, y de los más imaginables que uno puede leer, escuchar y ver, muchas veces varias de ellas quedan en el inconsciente colectivo y en la memorias de varias personas, o de la persona, y que eso puede ser traspasada a las nuevas generaciones. En Chile hay muchas historias de amor, algunas conocidas, otras anónimas, otras fantásticas, y como hay otras también que son netamente personales, pero en nuestra loca geografía chilena, extensa y muy rica en cultural y tradición.

En esta ocasión, y que en lo personal tiene un recuerdo muy grande porque fue el primer cuento que yo lo trabajé con alumnos como docentes hacen más de 26 años, y es sobre una historia que forma parte de las tradiciones locales, específicamente en la zona norte de Chile, al interior de la Región de Coquimbo, en Monte Patria, y es la leyenda de la Añañuca es una flor característica de la región norte de Chile que debe su nombre a una leyenda que narra la historia de amor trágico entre una indígena y un minero.

Se dice que en el pueblo de Monte Patria vivía una hermosa joven llamada Añañuca, la cual a pesar de ser pretendida por la mayor parte de los jóvenes solteros de la comunidad, nunca lograron ganarse el corazón de la bella chica.

Cierto día un joven minero llegó al pueblo con la intención de buscar un tesoro y se encontró con Añañuca, los jóvenes se enamoraron y llenos de felicidad tomaron la decisión de casarse; logrando tener una vida feliz por algún tiempo.

Una noche, el joven minero soñó que un duende le explicaba como encontrar la mina donde estaba enterrado el tesoro que tanto deseaba encontrar, por lo que al otro día sin decirle a su mujer, se fue a buscar el tesoro que cambiaría para bien sus vidas.

Añañuca quedó desolada esperando la vuelta de su amado esposo, pero fueron pasando los días, semanas y meses y él nunca regresó. Se contaba en el pueblo que el minero fue victima de un espejismo de la pampa o de un temporal y eso había provocado la muerte del joven. Sumida en una inmensa tristeza la joven indígena finalmente murió y fue enterrada bajo la lluvia en medio del valle por los vecinos de la comunidad.

Al día siguiente, cuando salió el sol, la gente del pueblo quedó sorprendida al ver que la tumba de Añañuca estaba cubierta por una abundante capa de flores rojas, por lo que a partir de ese momento se cree que la bella joven se convirtió en flor como un gesto de amor dedicado a su esposo, ya que de esa forma siempre estarían juntos.

Una triste historia con un final feliz, espero que les haya gustado, y recuerde, en el amor, hay recuerdo que perduran en nuestra memoria y en nuestro corazón. Gracias.

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