La Hora Azul: El Chupacabras.

Amigas y amigos: Desde hace tiempo, el Chupacabras ha sido uno de los personajes más conocidos y viralizdos en las redes sociales, y que han sido inspiración en canciones, series y programas de televisión, en la literatura hasta en el mundo de los negocios, pero quién es realmente este personaje tan típico como es el Chupacabra..., simplemente un críptido legendario, que se describe como un ser que ataca a animales de diferentes especies en zonas ganaderas o rurales. 

El mito tuvo su origen en Puerto Rico en 1995,​ y desde entonces se han reportado diversos supuestos avistamientos en lugares tan lejanos a la isla como Maine y Chile, e incluso provenientes de países fuera del continente americano, como Rusia y Filipinas. La mayoría de los informes de avistamientos provienen de América del Norte como México y en América Central y América del Sur, especialmente en países como Costa Rica, Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil, Puerto Rico, República Dominicana, Honduras, Nicaragua, Colombia, Guatemala, El Salvador, Panamá, Perú, Chile, Uruguay, Venezuela, Paraguay y algunas zonas del Sur de Estados Unidos. 

El nombre proviene de los supuestos hábitos hematófagos de la criatura, del que se cree que ataca a animales domésticos, especialmente cabras, succionando toda la sangre del cuerpo del animal. Las descripciones físicas de la criatura varían, pero comúnmente se describe como una criatura pesada, del tamaño de un oso pequeño y con una hilera de espinas abarcando desde el cuello hasta la base de la cola.

La gran mayoría de los supuestos avistamientos han sido descartados o nunca han podido ser confirmados debido a la falta de pruebas.​ 

En el caso de los avistamientos ocurridos en el norte de México y el sur de los Estados Unidos, se ha verificado repetidamente que las criaturas identificadas como chupacabras son en realidad perros u otros animales enfermos de sarna.​ 

Biólogos y oficiales de manejo de vida silvestre describen al chupacabras como una leyenda urbana contemporánea.

La descripción más común del chupacabras es la de una criatura parecida a un reptil, de piel coriácea o escamosa, de color gris verdoso y de espinas afiladas o plumas a lo largo de la espalda.​ Se describe como un animal de poco más de 1 metro de altura, y que al estar de pie o saltar guarda cierta similitud con un canguro.

Una descripción menos común del chupacabras es la de una raza extraña de perro salvaje.​ Esta variante es descrita comúnmente como carente de pelo y con una columna vertebral pronunciada, de cuencas oculares inusualmente profundas, colmillos y garras. Se dice que el chupacabras vacía completamente de sangre (y en ocasiones de órganos) a sus víctimas, normalmente a través de tres agujeros en forma de un triángulo invertido.

Durante este tiempo, a este ser se le asignaron en los medios de comunicación diferentes características físicas y de comportamiento. De acuerdo con algunas noticias, el Chupacabras era un extraterrestre o un murciélago gigante, producto de una mutación genética o un experimento fallido de laboratorio. La caracterización más recurrente que presentaban los medios de comunicación era la de un ser de aproximadamente 2.30 metros de estatura, con cara alargada, ojos y colmillos grandes, lengua larga y color oscuro; además poseía alas y aletas en la espalda. La parte inferior de su cuerpo era peluda y la superior se parecía a la piel de un reptil. Caminaba encorvado y sus miembros estaban provistos de enormes garras.

Los primeros reportes de ataques ocurrieron en marzo de 1995 en Puerto Rico, cuando ocho ovejas domésticas fueron encontradas muertas, cada una con tres heridas punzantes en el área del pecho, por las que aparentemente había sido succionada toda la sangre del cuerpo. Algunos meses después, una testigo presencial llamada Madelyne Tolentino declaró haber visto a la criatura en el pueblo puertorriqueño de Canóvanas, afirmando también que alrededor de 150 animales domésticos habían sido encontrados muertos. Poco después de los reportes de Puerto Rico, empezaron a surgir reportes de muertes de animales en circunstancias supuestamente similares provenientes de otros países, como República Dominicana, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Panamá, Perú, Brasil, Estados Unidos, Ecuador y México.​

La creación del término chupacabras ha sido atribuida al comediante y empresario puertorriqueño Silverio Pérez, quien lo acuñaría al poco tiempo de haberse publicado los primeros incidentes.

El libro Journey to the Polar Sea, escrito por Sir John Franklin en 1823, dice: "Los melancólicos sonidos que se oyen en las silenciosas noches de verano, y que la ignorancia de los hombres blancos considera como los gritos del chupacabras (goat - sucker en inglés), son realmente, según mi informante (un indio), los lamentos de estos infelices seres" (refiriéndose a los espíritus de determinados muertos). Según esto, el mito del chupacabras tiene al menos doscientos años de antigüedad y fue llevado a América por los europeos.​

Una investigación realizada por el autor Benjamin Radford llegó a la conclusión de que la descripción dada por la testigo original en Puerto Rico, Madelyne Tolentino, se basó en la criatura "Sil" de la película de ciencia ficción Species.​ De acuerdo con el autor Scott Corrales, la criatura Sil es casi idéntica a la descripción del chupacabras hecha por Tolentino, y supuestamente la testigo habría visto la película antes de reportar el avistamiento. Corrales explica también que Sil y el chupacabras comparten varias características físicas, incluyendo las espinas de la espalda. Radford concluyó que "la descripción más importante del chupacabras no es fiable". Este problema afecta seriamente la credibilidad del chupacabras como una criatura real.​

Adicionalmente, los reportes de que a las víctimas se les había succionado la sangre nunca fueron confirmadas por una necropsia,​ la única manera de confirmar esta conclusión. Un análisis realizado por un veterinario a 300 supuestas víctimas del chupacabras encontró que no habían sido desangradas. Al parecer, los testigos interpretaron la falta de sangre en alguna área con una extracción de la misma, cuando otra explicación puede ser que el animal que atacó a la víctima no mordiera una arteria principal, o que esta se desangrara internamente.

Radford dividió los reportes del chupacabras en dos categorías:

1. Los informes de Puerto Rico y Latinoamérica, donde a los animales se les ataca y, supuestamente, la sangre se les extrae.

2. Los informes en Estados Unidos de mamíferos, la mayoría de perros y coyotes afectados por sarna, a los que la gente llama chupacabras por su aspecto extraño.

A finales de octubre de 2010, el biólogo Barry O'Connor, de la Universidad de Míchigan, llegó a la conclusión de que todos los informes de los chupacabras en los Estados Unidos eran coyotes infectados por el parásito Sarcoptes scabiei, el ácaro de la sarna, cuyos síntomas podrían explicar la mayoría de las características del chupacabras: poco pelaje, piel gruesa y olor intenso. O'Connor determinó que los ataques se produjeron "porque esos animales estarían tan debilitados que les resultaría difícil la caza. Por lo tanto, podrían verse obligados a atacar al ganado, más fácil que cazar un conejo o un ciervo".​

Aunque varios testigos llegaron a la conclusión de que los ataques no podían ser obra de perros o coyotes porque la víctima no había sido devorada, dicha conclusión no es correcta.​ De acuerdo con expertos, tanto perros como coyotes pueden matar una presa y no consumirla, ya sea por inexperiencia, lesiones o dificultad para matarla.​ La presa también puede sobrevivir al ataque directo pero morir luego por hemorragia interna o un choque circulatorio.​ La presencia de dos agujeros en la presa, correspondientes a colmillos, son de esperar ya que esta es la única manera que la mayoría de los animales carnívoros terrestres tienen de atrapar a su presa.

Así que si usted no cree en el chupacabra, bien por usted, si usted lo cree, bien también, creer o no creer hayá usted.

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