Especiales en el blog: 2 años de la muerte de Hugo Chávez.
Amigas y amigos: Este jueves se conmemoran 2 años
de la muerte de Hugo Chávez Frías, líder de la Revolución Bolivariana
Socialista del siglo XXI en Venezuela, dos años marcado por un antes y un
después con la severa crisis económica y social que el país está pasando y por
la ineptitud del gobierno de Nicolás Maduro Moros y de su gobierno en su
medidas económicas y la represión impuestas a sus opositores y enemigos.
El recuerdo del líder bolivariano, impulsor desde
1999 de un modelo socialista basado en la redistribución de los ingentes
ingresos petroleros que le valió la devoción de las clases pobres y le permitió
amasar un inmenso poder, permanece en la iconografía del chavismo, con
innumerables murales, pancartas y franelas con su cara estampada.
La irrupción de Chávez en la política venezolana se
dio con el fallido golpe de Estado que encabezó en febrero de 1992 contra el
fallecido expresidente Carlos Andrés Pérez, alegando que Venezuela necesitaba
un cambio de rumbo por hallarse sumida en corrupción, pobreza, injusticia y
exclusión social.
Desde su llegada al poder
en 1999, con un estilo informal y directo se relacionó siempre con las masas
usando una retórica populista en un lenguaje llano, que unido a su carisma le
valió muchos puntos en popularidad.
Chávez, valiéndose del boom de precios del petróleo
y de un estilo autoritario y de lenguaje militar, anunció en 2007 que su
gobierno daba un giro al socialismo, emprendiendo una cadena de
nacionalizaciones, reducción de espacios para la actividad privada y de
controles en la economía, que al día de hoy se han exacerbado.
La repartición de la altísima renta petrolera en
programas asistencialistas, llamados insostenibles desde las filas opositoras,
le granjeó muchos afectos entre los más pobres.
Su figura está siempre presente en los discursos de
Maduro, al que muchos responsabilizan del deterioro socioeconómico de estos dos
años, caracterizado por una inflación de 68,5%, la escasez de rubros básicos,
la recesión, además de alta criminalidad y corrupción.
Según encuestas privadas,
Maduro apenas cuenta con poco más de 20% de aprobación, una cifra muy inferior
a las que solía registrar Chávez.
“En octubre de 2012 el 44% se autodefinía como
chavista. En diciembre pasado, era 22%, es decir ha habido una reducción a la
mitad del capital político del chavismo”, comentó el politólogo John Magdaleno.
La popularidad en picada de Maduro, que coincide
con la debacle de los precios del petróleo, llega a pocos meses de las
elecciones legislativas, que por primera vez en muchos años tiene una amplia
probabilidad de perder ante una desarticulada oposición.
Este escenario ha llevado a los voceros del
gobierno y del partido socialista a exigir lealtad a la figura de Chávez y “su
legado” pese a los problemas del país.
La añoranza por el fallecido líder invade todavía a
muchos adeptos al oficialismo, sobre todo a los receptores de las misiones,
millonarios programas de alimentación, salud y educación gratuita o a precios
subsidiados que costeó con la renta petrolera e implementó con la ayuda de
Cuba.
Otros chavistas, sin embargo, muestran su desencanto
por el rumbo que ha tomado el gobierno de Maduro, continuador del modelo
socialista de controles y de planificación centralizada.
Las voces críticas, que cuestionan como en el “madurismo” se ha privilegiado la corrupción,
surgen incluso desde las filas del chavismo, tal y como Nicmer Evans,
politólogo miembro del Partido Socialista Unido de Venezuela que prácticamente
ha sido expulsado de su militancia sin un proceso disciplinario.
En un reciente artículo
publicado en el portal web de izquierda Aporrea, Evans subraya los privilegios
de los cercanos al poder y sus actos de corrupción al poder “designar a dedo
contrataciones con el Estado con posibilidad de privilegiar a familiares,
amigos o compadres”.
Ahora, aminorando la
crisis que Venezuela lleva consigo, Nicolás Maduro y su gobierno decretaron 10
días de celebraciones y homenajes hacia Higo Chávez, 10 días que serán negros,
con largas filas esperando, con protestas en las calles por el descontento que
genera y que hoy crece más, y como siempre Nicolás Maduro culpa al imperialismo
norteamericano por hacer una guerra económica a Venezuela, discurso
mamarrachesco típico de los izquierdistas fanáticos y corruptos hasta los
dientes. Gracias.
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